miércoles, 1 de junio de 2016

Proceso de hominización

El proceso de hominización es el conjunto de transformaciones que se producen en la línea evolutiva de los animales hasta alcanzar la complejidad biológica necesaria para hacer posible la aparición del ser humano.
Estas transformaciones nos permiten ver que el ser humano presenta grandes parecidos a otras especies, y a su vez, lo que nos diferencia de ellas.
El proceso de huminización tiene su origen en: el bipedismo y la elaboración de una cultura material a la que se asocia un aumento de la capacidad craneana. A raíz de estas innovaciones podemos encontrar dos fases en el proceso de hominización: la bipedestación como factor discriminador de los homínidos, y la creciente capacidad craneana como factor determinante de la aparición del género Homo.

El bipedismo es la capacidad de algunos animales de levantar las manos y mantenerse erguidos sobre las extremidades posteriores. La mayor parte de los primates tienen esta capacidad e, incluso algunos llegan a caminar sobre dos pies. Es esta una tendencia evolutiva de todos los primates pero que acabó consolidándose en una sola especie, los hominidos.

Al igual que la bipedestación de los homínidos con respecto de otros primates, el tamaño del cerebro es la señal que caracteriza y discrimina al género Homo de los homínidos y que permite distinguir las sucesivas formas de Homo que fueron apareciendo en el camino de la hominización.

Como podemos comprobar, son muchas las características que nos diferencian de esta especie, pero también son muchas otras las que nos asemejan a ellos, y quién sabe si de aquí a 100 años el ser humano habrá evolucionado hasta otro punto en el que no sea igual que como somos ahora.




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